Graduada en el 2011 como ingeniera en telecomunicaciones de la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas, Vanesa Hernández Hernández logró hace poco más de un año formar parte de la familia de la División Territorial de Etecsa en Camagüey.

Relata que en varias oportunidades compartió con sus compañeros y en entrevistas, esa ilusión que la acompañó durante sus años de estudios y que en la actualidad, pondera como jefa de la unidad de planta interior; un reto al que llegó por sus capacidades y destrezas en la dirección, aunque asegura que todos los días se aprende y se supera. 

Con una voz suave y clara, habla de cómo es el trabajo en el equipo que lidera; en su mayoría hombres, a quienes respeta y admira, por la disposición mostrada para colaborar y asumir las tareas en un área que atiende: los 12 grupos electrógenos que dan soporte a las telecomunicaciones de la capital provincial, las 82 radiobases, los 27 sitios wifi y toda la técnica instalada del municipio de Camagüey. 

Ella trasmite dulzura, resolutividad y confianza en una labor que demanda muchas horas de entrega y sacrificio. Como Técnica de planta exterior en el Centro Telefónico Julio Antonio Mella, transitó por cursos sobre habilidades directivas que le aportaron herramientas para su desempeño profesional. 

A sus 36 años, Vanesa siente satisfacción cuando las cosas salen bien, aunque por momentos persisten los problemas, esos que no la amilanan y la impulsan a buscar respuestas y a superase siempre junto a su equipo.

En las nuevas generaciones, centra su labor; reconoce en ellos una fuerza importante que necesita ser guiada para lograr los éxitos que requiere la actividad; tal como ella hace, de la mano de personas que cada día le enseñan y acompañan, como Yusleyvis González Monzón, Orlando Ramos Acosta y Niriam García Cedeño. 
En ese afán, Vanesa defiende el equilibrio entre las responsabilidades laborales y el hogar. Cuenta siempre con el apoyo de la familia, principalmente de su esposo, también trabajador de la división.

Juntos forman parte del crecimiento de su pequeña de 12 años, una niña que ama la música y a los animales, y que tiene la dicha de contar con una madre reconocida en el sector de las telecomunicaciones; una mujer empoderada, que hoy ve en su labor en Etecsa, su sueño hecho realidad.